«La crianza puede ser hermosa, siempre y cuando no nos la perdamos.»
Andreína Pereda
(Psicóloga Infantil)
En el siguiente artículo hablaré sobre la importancia que se le debe dar al pasar tiempo de calidad con nuestros hijos, los beneficios que tiene y la situación actual de la sociedad respecto a esto, tratando de dar consciencia sobre este tema.
Una vez dicho esto me gustaría exponer la diferencia entre pasar tiempo con nuestros hijos y el pasar tiempo de calidad.
Pasar tiempo con nuestros hijos es algo que todos podemos hacer, es tan fácil como estar ahí al lado mientras el niño o niña pasa el tiempo con sus propios juegos y actividades, mientras nosotros trabajamos, estamos viendo la televisión, con el móvil o cualquier actividad ajena a la del niño, lo cual es similar a estar ausente.
En cambio el pasar tiempo de calidad significa involucrarse en lo que a él/ella le gusta o lo que necesita, como por ejemplo compartir actividades y brindarles una atención completa. Además, el darle este tiempo de calidad conlleva una serie de beneficios para los niños, los cuales son los siguientes:
A nivel emocional para su óptimo desarrollo y posterior desenvolvimiento dentro de los contextos sociales en los que esté inmerso.
Fortalece el vínculo entre padres e hijos de manera progresiva, puesto que a medida que se interrelacionan, comparten momentos, vivencias o experiencias va creciendo dicho vínculo.
Crea espacios para la expresión, ya que contribuye a mejorar la comunicación entre padres e hijos.
Aumenta la autoestima y seguridad en sí mismo/a. Además, el sentirse respetado y aceptado dentro de su primer grupo social le favorecerá para la vida futura.
La falta de tiempo de calidad es algo bastante más común a día de hoy que hace unos años, ya que lo más normal es que todos los adultos de la unidad familiar trabajen (a diferencia de hace años, en los que generalmente la mujer se encargaba de cuidar la casa y de los niños/as, brindándole más horas de tiempo).
Continuando con el caso actual en el que ambos progenitores trabajan. Una vez que llegan a casa invierten el tiempo que podrían pasar con ellos en descansar, o incluso en algunos casos en continuar trabajando. Aquí entra en dilema el darle prioridad al trabajo como sustento económico (en el que el tiempo con el niño pasa a segundo plano), o darle tiempo de calidad al niño/a (aunque esto afecte a la falta de recursos debido a la ausencia de un mejor sueldo). Es decir, comodidad económica o compartir tiempo con ellos.
En mi opinión, parándonos a pensar, casi todos escogeríamos el trabajar ya que queremos que no le falte de nada a nuestros hijos/as, aunque eso implique no darles nuestro tiempo.
Si bien es cierto que las circunstancias actuales en muchos casos omiten la posibilidad de concederle tiempo de calidad al niño debido a las múltiples obligaciones y compromisos, así como al cansancio. Por ello es importante tomar conciencia de que siempre se puede idear una solución en la que el niño/a salga beneficiado.
Dentro de la apretada agenda de los adultos es aconsejable sacar pequeños huecos para destinarlos a los niños/as, aunque sea unos minutos. Lo realmente necesario es que el tiempo que estemos con ellos sea aplicándoselo al 100%, escuchándoles y brindándoles el amor necesario.
Para finalizar, pienso que el darle tiempo de calidad a nuestros hijos/as a día de hoy puede llegar a ser complicado por las múltiples obligaciones y compromisos que se tienen en la vida adulta, pero esto no implica que saquemos tiempo “libre” de donde no lo haya; ya que esos momentos serán recuerdos imborrables en la memoria de nuestros hijos.
Recuerda, ellos/as pueden olvidar el juguete caro que se le compró y dejen de jugar con él a las horas, pero jamás olvidarán el tiempo que pasaron con nosotros y lo felices que esto les hacía.
Alumno: Jesus Osuna Gama
Módulo: Habilidades Sociales
2º CFSEI, IES Averroes